El Inmortal
Motivación
Como mi padre y la mitad de mi familia eran nicaragüenses viví en ese país desde los 9 hasta los 19 años de edad (1980 hasta 1990), y de esa forma me ví involucrada en la guerra de la misma manera que toda la gente alrededor.
En Nicaragua toda la población está enormemente politizada, y todos tienen una posición respecto a eso. En la década de los 80´s estas posiciones estaban además muy polarizadas: uno pertenecía a un bando o al otro. Mi padre militaba en el FSLN, mi madre, mis hermanos y yo también éramos sandinistas.
Sin embargo durante la guerra nosotros vivimos en la ciudad, y la diferencia entre el campo y la ciudad resultó a la larga la más importante y significativa que la diferencia entre un bando y otro.
El campo entero, la gente – la tierra, fue atrozmente castigado durante la guerra, y no sólo durante el último período sino durante 60 años de guerra. Y ahora en la primera temporada de paz, la capital Managua se revuelve en su propio caldo en un conflicto electoralista entre diversos partidos políticos mediocres y corruptos sin que eso afecte en lo más mínimo al campo, porque los vasos conductores entre la capital y el resto del país están rotos desde hace mucho tiempo.
Esta película me acercó nuevamente a mi país después de muchos años, pero este reencuentro no ha sido una historia de amor sino más bien una muy desagradable removida de tripas y conciencia.
Me acerqué por primera vez al campo, porque durante la guerra era imposible, intentando dar orden y sentido a muchas historias de terror surgidas en el trascurso de la investigación. La reacción inmediata a estas historias fue preguntar por que no había sucedido una comisión de verdad como en el caso de otros países, y la respuesta fue más dura todavía: en un país donde la mayoría de la gente se siente víctima-verdugo al mismo tiempo, todos estaríamos implicados.
También entendí que la mayoría de los combatientes de ambos bandos –a excepción de sus dirigentes- no tenían motivos ideológicos para combatir, sino que estaban obligados a formar parte de un bando en medio de dos espadas.
Finalmente yo no tengo ninguna respuesta y este documental no pretende eso. Lo que pretendo transmitir es que, a pesar de estar definida por la ausencia del conflicto armado, la post guerra es un nebuloso periodo lleno aun de víctimas y dura por lo menos tanto como viven las generaciones que fueron tocadas por la guerra.